sábado, 22 de agosto de 2009

Sesión 10: NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN

ORIENTACIÓN EDUCATIVA III
QUINTO DE BACHILLERATO
TERCER SEMESTRE

NEOLIBERALISMO Y GLOBALIZACIÓN

Para entender nuestro contexto revisemos muy brevemente los grandes hitos del sistema dominante, la vertiente neoliberal y globalizante del sistema actual.

El neoliberalismo, como la nueva liberalización de la economía; y la Globalización como conjunto de ideas que uniforman para todos la marcha de la economía de bienes, de alimentos, de ideas, de servicios, de ideologías, de políticas, de grandes capitales, promete y exige libertad.

El mercado actual, sus pretensiones y mitos
Todo inició con el Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés). Desde 1947 representantes de los países miembros trabajaron discretamente a favor de la reducción de los impuestos a las importaciones. Con la ultima ronda (de Uruguay), que va de 1986 hasta 1993 se logró el objetivo, puesto que en marzo de 1994, se firmó en Marrakech, Maruecos, el acta constitutiva de la Organización Mundial del Comercio (OMC) cuyas 800 páginas, con varios miles de anexos, dotaron al comercio mundial de un reglamento mucho más firme que el débil GATT. Muchos representantes de países, sobre todo del sur, firmaron sin tener la oportunidad de leer completo el documento y menos corregirlo, ya que muchos de ellos lograron ingresar a las sesiones de discusión cuando todo ya estaba preparado por los representantes y consejeros de las grandes compañías de los países ricos y poderosos.
Con esta institución las empresas transnacionales tienen un instrumento firme e idóneo para profundizar la globalización e imponer sus nuevas reglas a todas las actividades humanas que, de ahora en adelante, serán tratados como «objetos comerciales».

La OMC, con su sede en Ginebra, en el mismo palacio que el GATT, tiene bajo su régimen varios nuevos acuerdos y sobre todo su brazo jurídico, el Órgano de Regulación de los Diferidos (ORD) con una disciplina férrea que puede imponer sanciones a todos los países. El denominador común de todas estas instituciones es su falta de transparencia y control democrático.

No olvidemos que el neoliberalismo es el capitalismo realmente existente y sin contrapeso de ningún sistema económico fuerte y diferente, excepto la economía de los pobres y débiles, los excluidos.

El sistema neoliberal no nació por la fuerza de gravedad de la historia, fue creado por personas con un propósito muy claro, una construcción totalmente artificial en su doble sentido: pensado y hecho con argumentos de intereses muy específicos, fundamentados y argumentados con ideas claras.

A pesar de las crisis económicas que ha engendrado, no importa cuántos perdedores y excluidos está creando; siguen con el discurso de ser inevitable, como un acto de Dios.

Algunas características del neoliberalismo
1. Cuando Margaret Thatcher, discípula de Friedrich Hayeck, tomó el poder en Inglaterra como primera ministra justificaba sus políticas neoliberales con una sola palabra: TINA (en ingles: There Is No Alternative, no hay otra alternativa). La idea central de su doctrina y del neoliberalismo mismo es la noción de competencia. Competencia entre naciones, regiones, compañías y por supuesto entre individuos. Competencia es lo central porque separa los chivos de las cabras, los fuertes de los débiles, los hombres de los hombrecillos, los buenos de los malos, los inteligentes de los no educados, en una palabra: los incluidos de los excluidos.

Para el neoliberal el mercado es tan sabio y tan bueno que —como Dios: «la mano invisible— puede sacar cosas buenas de un aparente mal. Implica no tener que preocuparse de todos los que quedan fuera en esta lucha competitiva. ¡Que los filántropos se preocupen un poco de ellos! Pero que quede claro que las personas son desiguales por naturaleza.

La competencia es el motor de la sociedad, y con eso se propone una antropología de buenos y malos por nacimiento, origen, etnia, estatus social o color de la piel. El libre mercado pide no solamente abrirnos al comercio mundial, sino renunciar a ser sujetos activos de nuestro futuro y dejar que el mercado decida por nosotros.

2. Favorece capital sobre trabajo y así mueve dinero de los estratos de bajo ingreso a los de arriba. En el tiempo de Reagan como Presidente de Estados Unidos, 10% de las familias más ricas aumentaron en 16% y el 10% de las familias más pobres bajaron 15% en sus ingresos. En 1977 la cúspide de 1 por ciento de las familias más ricas tenían 65 más ingresos que el 10% del sector más pobre, pero en 1987 los ricos ya tenían 115 veces más que los más pobres. Así, Estados Unidos es una de las sociedades más desiguales del mundo. Los sujetos son mercancía, tienen valor solamente en la medida que sirven al capital y su acumulación.

3. Otra característica del neoliberalismo es su mandamiento: «sean eficientes» a cualquier costo. Y la eficiencia se mide con las alzas en la bolsa de valores y resultados positivos en el balance anual. Los resultados pueden dejar de ‘sufrir’ (no solamente los ricos lloran, también el dinero). Los que no son eficientes merecen la exclusión total. Este mandamiento de la eficiencia tiene consecuencias enormes que no ahondaremos en este momento.3 Sólo señalaremos que la acumulación de la riqueza en pocas manos ha aumentado enormemente sobre todo por los capitales especulativos y la fusión acelerada de las transnacionales. También tenemos que señalar que la destrucción ambiental es ya desastrosa y la pauperización de millones es ya un hecho.

4. Los neoliberales de diferentes orígenes, liderazgos y posiciones y nos lo dicen en toda la variedad de tonos e instancias: ‘No solamente vivimos tiempos históricos nuevos, sino sobre todo únicos’. Son economistas, políticos, líderes nacionales, pero también filósofos y hasta teólogos. La aventura del mercado libre tiene su enfoque primordial a nivel económico, pero tiene sus aliados políticos importantes y no solamente de la nueva derecha. Partidarios de una vertiente socialdemócrata, izquierdista de origen, profesan su fe en el mercado libre, el neoliberalismo como última versión de su evangelio progresista y popular.


5. El neoliberalismo ha cambiado fundamentalmente la naturaleza de la política. Tradicionalmente la política tenía que tratar primordialmente las siguientes dos preguntas: quién gobierna a quién y quién va tener una parte del pastel. Aspectos de estas cuestiones fundamentales quedan, pero hay una cuestión completamente nueva y central en la política: quién tiene el derecho de sobrevivir y quién no. La exclusión radical es hoy en día política común y corriente, con muchos ocultamientos mediante jerga populista y de promesas falsas. El mercado hoy controla la política. El poder de los Estados es casi “ficticio”


¿Qué es la globalización?

La "globalización" es un fenómeno que está trastocando de manera diversa la vida de las sociedades y de los individuos en todo el mundo; más excluyente y depredadora que antaño, la dinámica económica mundial actual está quebrando las posibilidades de construir un mundo en que iguales y diferentes podamos habitar razonable y sabiamente el planeta

La Globalización es un proceso histórico, el resultado de la innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del comercio y los flujos financieros.


En su aspecto más básico la globalización no encierra ningún misterio. El uso de este término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones internacionales comerciales y financieras.

La globalización es sencillamente, una actividad económica que se ubica al nivel más alto posible, a un nivel planetario, en el que no hay ni fuerza política, ni social, ni cultural que pueda intervenir; como un avión que vuela demasiado alto. Por fin se ha realizado la gran idea del capitalismo: romper con toda clase de regulación, toda clase de control de fuerzas no económicas sobre la vida económica, de tal manera que las fuerzas o los agentes económicos no sólo sean libres, sino que tengan la capacidad de controlar a la gente desde su interior, y por lo tanto de controlar también las solidaridades sociales y políticas.

En la globalización los mercados promueven la eficiencia por medio de la competencia y la división del trabajo, es decir, la especialización que permite a las personas y a las economías centrarse en lo que mejor saben hacer. Si bien gracias a la globalización, es posible beneficiarse de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y tener mayor acceso a los flujos de capital y a la tecnología, los mercados no garantizan necesariamente que la mayor eficiencia beneficiará a todos. Los países deben estar dispuestos a adoptar las políticas necesarias y, en el caso de los países más pobres, son obligados a pedir el respaldo de la comunidad internacional a organismo como el FMI y el BM.

La globalización no es un fenómeno reciente. Algunos analistas sostienen que la economía mundial estaba tan globalizada hace 100 años como hoy. Sin embargo, nunca antes el comercio y los servicios financieros han estado tan desarrollados e integrados. Se trata dicen algunos expertos de la mera extensión del capitalismo.

El siglo XX estuvo marcado por un notable crecimiento del nivel medio de ingresos, pero los datos muestran a las claras que este crecimiento no estuvo repartido de manera igualitaria. La brecha entre los países ricos y los países pobres, y entre los sectores ricos y pobres dentro de cada país, se amplió. Para la cuarta parte de la población mundial más rica el PIB per cápita casi se sextuplicó durante el siglo, en tanto que para la cuarta parte más pobre no llegó a triplicarse. Sin duda, la desigualdad de ingresos se ha agravado.

Frente a la destrucción de lo social por lo global, mercado, guerra y las cruzadas de la exclusión, ¿qué se puede hacer? ¿qué cabe frente a lo global?, ¿qué es posible hacer dentro del sistema, para que exista el derecho universal de ser humano?